En medicina, se llama enfermedad crónica a las afecciones de larga duración y por lo general, de progresión lenta.
No hay un consenso acerca del plazo a partir del cual una enfermedad pasa a considerarse crónica; pero por término medio, toda enfermedad que tenga una duración mayor a seis meses puede considerarse como crónica.
Las enfermedades crónicas no se distribuyen al azar sino que se ven más frecuentemente en determinadas personas, familias y comunidades, como consecuencia de diversos factores ambientales que interactúan con un perfil genético vulnerable.
Determinantes claves son la falta de educación formal, la pérdida de expectativas sociales y personales, y los hábitos de vida perjudiciales para la salud.
Etimología.- El término «crónico», del griego Χρονος (Chronos): «dios del tiempo», como su etimología lo indica, se refiere al tiempo de evolución de la enfermedad, pero nada dice acerca de su gravedad.
Hay enfermedades crónicas sin gravedad alguna, como la rinitis crónica, y otras potencialmente muy graves, como la arterioesclerosis.
Cuando a una enfermedad se le pone el adjetivo crónica, se suele tratar de una enfermedad no curable salvo raras excepciones (por ejemplo la insuficiencia renal crónica es curable con el trasplante renal, algunos tipos de asma —sobre todo en la infancia— acaban curando, las hepatitis crónicas de origen vírico pueden curar con tratamiento antiviral).
Clasificación.- Las clasificaciones internacionales que nos permiten agrupar las diferentes etiquetas diagnósticas son:
La Clasificación Internacional de Atención Primaria (CIAP-2)
La Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10)
El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-IV)
La Clasificación Internacional de Atención Primaria (CIAP-2)
La Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10)
El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-IV)