INTRODUCCIÓN
La nefropatía diabética es actualmente el mayor problema de salud pública con la nefrología y la más importante tarea preventiva junto con la nefropatía vascular de la atención clínica en nuestra especialidad.
En EE.UU. representa casi la mitad de los casos de inicio de tratamiento renal sustitutivo y en varios países europeos, entre los que se incluye España, es la causa más frecuente de insuficiencia renal crónica terminal, probablemente desde principios de los años 90, acercándose progresivamente a representar la cuarta parte de los enfermos que inician tratamiento renal sustitutivo en nuestro país.
El mecanismo fundamental de la nefropatía diabética es la hiperglucemia. Aunque existen otros factores familiares y ambientales interrelacionados, aparece casi siempre en pacientes con DM de largo tiempo de evolución y con mal control glucémico. Por el contrario, un status euglucémico mantenido es el mejor método para prevenir y/o enlentecer la evolución de la enfermedad.
Es más, se ha demostrado en animales de experimentación la regresión de las lesiones glomerulares cuando se trasplanta el riñón a un animal que no padecía DM. Este hallazgo experimental concuerda con los estudios clínicos en humanos, en el estudio UKPDS el grupo que recibió el control metabólico más estricto (Hemoglobina glicosilada < 7,2%) presentaron también un menor riesgo de incidencia de nefropatía diabética.